domingo, noviembre 15, 2009

Un Dios colérico

Y bien, Dios estaba ahí todo el tiempo para lo bueno y para lo malo, generalmente para lo malo, porque se trataba de un Dios colérico, violento, castigador, fanático. Dios era un fanático de sí porque vivía entregado a su causa de un modo desmedido, como si en lo más íntimo desconfiara de la legitimidad de sus planes o de sus posibilidades de éxito. Podríamos decir que era un nacionalista de sí mismo. Tenía otras caras, pero ésta dominaba sobre las demás. Lo raro para un pensamiento ingenuo como el nuestro era que lograba estar sin estar, pues se manifestaba a través de su ausencia, que lo llenaba todo.

El mundo
Juan José Millás
Booket

La condición de la existencia es la frialdad

[...] Recuerdo sobre todo que el frío no venía de ningún lugar, por lo que no había forma de detenerlo. Formaba parte de la atmósfera, de la vida, porque la condición de la existencia era la frialdad como la de la noche es la oscuridad.

El mundo
Juan José Millás
Booket

El frío de la infancia

En el principio fue el frío. El que ha tenido frío de pequeño, tendrá frío el resto de su vida, porque el frío de la infancia no se va nunca. Si acaso, se enquista en los penetrales del cuerpo, desde donde se expande por todo el organismo cuando le son favorables las condiciones exteriores. Calculo que debe ser durísimo proceder de un embrión congelado.

El mundo
Juan José Millás
Booket

Para tener éxito, dobla tu tasa de errores

Y es que la gente también suele creer que la invención genial suele llegar en un destello de inspiración, de un plumazo, con un grito de «¡Eureka!». Pero tampoco. Normalmente, la combinación de ideas perfecta no llega enseguida, sino que requiere decenas, cientos o incluso miles de pruebas -y errores. Hay que fracasar mucho de camino al éxito. O como dijo Thomas Watson, el fundador de IBM, «Si quieres tener éxito, dobla tu tasa de errores». Edison tuvo que probar más de 10.000 filamentos minerales y vegetales de todas la proveniencias imaginables hasta que dio con el tungsteno [...]

Alta diversión
Eduardo Jáuregui / Jesús Damián Fernández
Editorial Alienta

sábado, noviembre 07, 2009

Esclavos de nuestra libertad

Hoy día no estamos bajo estos totalitarismos, sino bajo otro más intangible. El sistema que nos esclaviza es muy, muy sutil: somos esclavos de nuestra libertad, de nuestro sistema libre. Nos hace infelices, pero lo aceptamos porque lo contrario es la no libertad. Rebelarnos contra la democracia y el libre mercado es rebelarse contra nuestra propia libertad. Parecemos encerrados en un laberinto sin salida.

El vendedor de tiempo
Fernando Trías de Bes
Empresa Activa

Crisis de utopías

La economía debe integrar aspectos que vayan más allá de lo convencional. Erich Fromm lo planteó en su momento: «¿Por qué hemos de tener individuos enfermos para conseguir una economía sana?». La economía aguanta (de momento), pero muchos individuos, no. Y no olvidemos que la economía la sustentan, sobre todo, los individuos. ¿Qué está pasando? Se precisa, urgentemente, una utopía para reemplazar a las que se perdieron. Hay crisis de utopías, de eso estoy seguro.

El vendedor de tiempo
Fernando Trías de Bes
Empresa Activa

Vender tiempo es una amenaza

Lo que TC entendió es que la venta de T suponía un riesgo para el sistema, una amenaza para cualquier producto, un problema potencial para cualquier negocio. La falta de T constituía la base de infinitas y estresantes necesidades de las personas. Vender T era una amenaza para la sociedad de consumo.

El vendedor de tiempo
Fernando Trías de Bes
Empresa Activa

Vender a toda costa

[...] Sin embargo, este tipo de contradicciones no era algo nuevo en la sociedad de Un Sitio Aleatorio: también se fabricaban automóviles que podían alcanzar los doscientos kilómetros por hora, cuando el límite máximo era de ciento veinte, o se permitía actividades industriales con niveles contaminantes por encima de lo que se acordaba en foros internacionales de medio ambiente, o se permitía la venta de tabaco, aun a sabiendas de que provocaba enfermedades mortales. Estaba claro que de lo que se trataba era de vender a toda costa, sin importar demasiado las consecuencias. La venta de T estaría en conflicto con ciertas actividades, eso estaba claro; pero mientras se tratara de crear consumo, pasaría por encima de cualquiera de ellas, ya que el consumo era la actividad económica de superior rango en el país, pues generaba crecimiento.

El vendedor de tiempo
Fernando Trías de Bes
Empresa Activa

lunes, noviembre 02, 2009

Circulares ingeniosas

[...] Por ejemplo, hay momentos durante un proyecto en los que conviene volverse a estudiar esta joya de la teoría del management, y distribuirla entre los miembros del equipo:

LAS SEIS FASES DE UN PROYECTO:
  1. Entusiasmo.
  2. Desilusión.
  3. Pánico.
  4. Búsqueda de culpables.
  5. Castigo de los inocentes.
  6. Recompensa y honores a los no participantes.

Alta diversión
Eduardo Jáuregui / Jesús Damián Fernández
Editorial Alienta

Las consecuencias del estrés

Hoy en día los grandes depredadores escasean en las ciudades, pero seguimos condicionados por estos reflejos de simio, lo cual explica cómo tantos ordenadores acaban siendo víctimas de nuestros atávicos ataques de rabia. Son reacciones que aún pueden salvarnos la vida de vez en cuando, pero que la mayoría del tiempo resultan bastante poco eficaces, especialmente en los entornos corporativos.
      Las peores consecuencias del estrés, sin embargo, son las que se derivan de su activación continuada: el estrés crónico. Por un lado, la excitación física y mental provoca el agotamiento, el insomnio, el desgaste del sistema circulatorio y todo tipo de dolores físicos. Por el otro, la inhibición de los sistemas secundarios nos proporciona trastornos digestivos, una reducida capacidad analítica, y una mayor vulnerabilidad a las enfermedades. Desafortunadamente, muchos de nosotros conocemos demasiado bien este estado de emergencia corporal permanente.

Alta diversión
Eduardo Jáuregui / Jesús Damián Fernández
Editorial Alienta

Empresas serias, con buen sentido del humor

[...] Pero dentro de esta seriedad, el humor también desempeña su papel. Isabel Aguilera, directora general de Google España lo expresa así: «El tema de la diversión va más allá del aspecto exterior, de los juguetes, de la decoración que tenemos. No se trata de estar todo el día contando chistes o de jarana. Para mí el sentido del humor es algo más profundo -incluso diría que algo más serio. Significa ser una persona estimulante, ser positivo, saber disfrutar, animar a tu alrededor, desmitificar la jerarquía, tener sensibilidad hacia las personas, ser capaz de destensar una situación, reírte de ti mismo, admitir tus errores y tolerar los de la gente que te rodea».

Alta diversión
Eduardo Jáuregui / Jesús Damián Fernández
Editorial Alienta

El humor, eficaz técnica de ventas

En un momento concreto de la negociación, el vendedor realizaba una oferta que en algunos casos incluía un detalle cómico («bueno, mi oferta final es de 100 dólares, pero si la aceptas, te regalo además mi rana de compañía»), y en otros casos no. Al final se pudo comprobar que las personas que escucharon esta oferta divertida acabaron pagando un precio medio más alto. O'Quinn y Aronoff concluyeron que el humor puede ser una técnica de venta muy eficaz.

Alta diversión
Eduardo Jáuregui / Jesús Damián Fernández
Editorial Alienta