Los reality televisivos han distorsionado el punto de vista de toda una generación respecto a sus aspiraciones. Quince minutos de fama no son nada, ellos quieren la fama eterna, a cambio de lo que sea. Las empresas que ofrecen books, los profetas de las falsas esperanzas, alimentan como sanguijuelas este deseo de ser «alguien». El enorme volumen de solicitudes que recibimos —acompañadas con las típicas fotografías «profesionales» tremendamente manipuladas— representa lo que solo puede ser un océano inmenso de gente que vive con frustración y con sueños que nunca se harán realidad.
El pornógrafo emprendedor
Gavin Griffiths
Empresa Activa
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